No es la primera entrada que escribo sobre el orden del hogar... Es evidente que se trata de un tema que me angustiapreocupaimportaparece interesante llama la atención.
Es una de esas cosas en las que no piensas cuando te quedas embarazada (¿por qué ibas a pensarlo?). Tú estás a lo tuyo: que si ropita, que si lucecitas bonitas para su dormitorio... Cosas guays. Además, como en esos meses te entra la locura de preparar el nido, te confías y te crees que luego todo va a seguir así. Pero no. Ya te lo digo. Añade el factor "pequeño ser" a la ecuación y verás qué risa.
Muy difícil, tener la casa recogida es muy difícil. Si en los anuncios de preservativos pusieran imágenes reales de casas en las que hay niños, las ventas se multiplicarían por cien (o más). Tomad nota, publicistas. Ahí lo dejo.
Como soy una cotilla, voy por ahí pegando la oreja cuando otros papis y mamis hablan de esto, y he llegado a la conclusión de que hay dos maneras generales de afrontar esto de la organización. Y son muy distintas.
Ante la llegada de un retoño al hogar, los humanos parejiles entramos, así en general, en una de las dos categorías siguientes*:
- PASOTISMO FORZOSO: Dícese de la pareja que, ante
la que se les ha venido encimala nueva situación, establecen un orden de prioridades, y la casa, al parecer, no es una de ellas. Dormir, comer o hacer pis les resulta, quizá, más atractivo, por lo que el orden de su casa pasa aúltimoun segundo plano. - HÉROES DEL HOGAR: Dícese de la pareja
alienígenaque consigue organizarse y llevarlo todo "palante". Entrar a su casa (de visita) y llorar es todo uno: olor a limpio, las cosas ordenaditas, paz y amor por las esquinas (en lugar de pelusas del tamaño de una croqueta, y juguetes por todas partes). ¿Cómo lo hacen? Pues es un misterio que aún no he logrado resolver, pero si por aquí anda alguien que se incluya en este grupo, por favor, POR FAVOR, que nos desvele su secreto.
* Aquí no menciono a los que tienen a alguien que les ayude en casa: eso es trampa y da envidia, un poco (mucho).
Dentro de la primera categoría, encontramos, a su vez, dos subgrupos. Veamos:
- a) Los que lo llevan bien:sobrevivir es importante. Los reconocerás por la "relajación" con la que te reciben en casa, y la falta de sorpresa al presenciar cómo una montaña de ropa que hay en el pasillo te saluda también. Se alegran de verte y de hablar con otro adulto. Su mantra: "Si no miras directamente al desorden, el desorden no existe".
- b) Los que no lo llevan tan bien:Los reconocerás por los sudores que les caen por la frente y la espalda cuando te reciben en casa. Sudan porque llevan el rato que sea (el que les haya dejado el bebé) recogiendo como posesos todo lo que han podido ante la llegada inminente de un visitante. Y no les ha dado tiempo de terminar.
En realidad habría un tercer subgrupo, el mixto: aquellos que lo llevamos llevan bien... siempre y cuando no venga nadie a casa, porque como venga alguien se desata el zafarrancho más raudo (y sufrido) jamás contado. Porque los demás no tienen que ver lo que no tienen que ver. Ea. El problema es que con el tiempo de que dispones, y las prisas -porque te va a pillar el toro-, uno hace lo que puede, así que toca elegir qué habitaciones se van a ordenar, y cuáles no. La cosa está clara con respecto a esta decisión: ¿por dónde van a pasar los invitados? Pues esas se ordenan. Ya está.
Y tú, ¿en qué grupo estás? Recuerda, amigo/a lector/a, que si tienes la casa impoluta a pesar de ser padre/madre, es tu obligación -te lo imploro- contar cómo lo haces. "Arfavó".
PD: En estos momentos mi dormitorio está que si lo ven los de CSI se creen que nos han entrado a robar, varias veces seguidas. Hoy hemos tenido visita, claro.
Besitos de madre del grupo mixto.